La reciente proyección de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) generó revuelo en el sector agropecuario: hacia 2035, el país podría alcanzar una producción de 251,4 millones de toneladas de granos, casi 100 millones más que el escenario base actual.
Pero lograrlo no depende solo del potencial del campo argentino, sino de decisiones políticas y estratégicas que aún no aparecen con claridad en la agenda nacional.
"No es una predicción a corto plazo, sino un ejercicio para dimensionar el impacto de adoptar tecnología masivamente", aclaró la BCR. Sin embargo, el número funciona como faro y termómetro de lo que podría ser posible si se articula una política de Estado entre el sector público y privado.
Para alcanzar ese volumen de producción, el informe identifica tres factores clave:
Mejora de la infraestructura rural
Eliminación de las retenciones u otras cargas distorsivas
Inversión plena en tecnología agrícola
Sin estos elementos, la Argentina seguirá quedando rezagada frente a competidores globales que han sabido consolidar alianzas entre el Estado y los productores, como Brasil.
No es la primera vez que se hacen estimaciones alentadoras sobre el agro argentino. Ejemplos como el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial 2010/2020 prometían 157,5 millones de toneladas, pero los vaivenes políticos y la falta de continuidad bloquearon los avances.
El agro argentino ha demostrado adaptabilidad. Lo que falta, una vez más, es una política coherente y permanente.
Un nuevo escenario comercial, ¿una nueva oportunidad?
Con la gestión de Javier Milei alejándose del intervencionismo comercial, se abre una ventana para repensar el rol del Estado: menos restricciones, más incentivos.
Pero eliminar retenciones, invertir en infraestructura, asegurar propiedad intelectual y promover créditos accesibles no puede quedar solo en manos del Ejecutivo. Deben articularse con fuerza las entidades rurales, como la Mesa de Enlace y el Consejo Agroindustrial Argentino, con una agenda unificada y activa.
El futuro se construye con políticas, no con proyecciones
El campo argentino tiene la capacidad. Pero la biología del agro no puede esperar a que la política madure. Si no se toman decisiones estratégicas en el corto plazo, cualquier proyección quedará como una promesa más en el archivo.
El número está. La voluntad productiva también. Lo que falta es el compromiso político que lo convierta en realidad.