Las agencias gubernamentales brasileñas advirtieron esta semana sobre sequías en todo el país, ya que el país enfrenta su peor racha seca en 91 años, lo que perjudica la generación de energía hidroeléctrica y la agricultura y aumenta el riesgo de incendios en la selva amazónica.
A última hora del jueves, una agencia vinculada al Ministerio de Minas y Energía de Brasil recomendó que el regulador de agua del país, ANA, reconociera un estado de "escasez de agua", luego de que una sequía prolongada azotara el centro y sur de Brasil a lo largo de la cuenca del río Paraná.
Por otra parte, una agencia de vigilancia meteorológica vinculada al Ministerio de Agricultura emitió su primera "alerta de emergencia por sequía" de junio a septiembre, diciendo que es probable que las lluvias sigan siendo escasas en cinco estados brasileños durante ese período.
La falta de lluvia en gran parte de Brasil tiene implicaciones negativas para el cultivo de cereales, la ganadería y la generación de electricidad, ya que Brasil depende en gran medida de las represas hidroeléctricas para su energía. El clima seco de este año también aumenta el riesgo de incendios severos en la selva amazónica de Brasil y los humedales del Pantanal, dicen los científicos.
El clima más seco de lo normal ha afectado la producción de azúcar y café en Brasil, el mayor proveedor mundial de esos productos, lo que ha hecho subir los precios de los futuros de las materias primas.
Los futuros del café tocaron un nuevo máximo de 4 años y medio el viernes y a los comerciantes les preocupaba que la humedad crítica del suelo en Minas Gerais también pudiera afectar la cosecha de café de 2022.
El Ministerio de Minas y Energía dijo que las condiciones secas persistirán en los próximos meses, particularmente en las regiones sureste y centro oeste.
Mientras trata de lidiar con la situación, el ministerio anunció medidas destinadas a ajustar los niveles de agua que abastecen las represas hidroeléctricas del país en un intento por evitar cortes de energía.
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