Mientras en Estados Unidos ya se reportaron más de mil casos de gripe aviar en vacas lecheras, Brasil -el mayor exportador de carne de pollo del mundo- ha optado por no testear su rodeo bovino, al menos por ahora. El foco está puesto en contener los brotes en aves, luego de que se confirmara el primer caso en una granja avícola brasileña a principios de mayo.
Así lo expresó Marcelo Mota, jefe de Sanidad Animal de Brasil, durante la sesión general de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) celebrada en París. "Por el momento, estamos ocupándonos de la industria avícola", aseguró el funcionario en declaraciones a Reuters.
¿Una decisión arriesgada?
El avance del virus H5N1 en distintas especies ha generado preocupación global. En los últimos años, la gripe aviar ha forzado la eliminación de cientos de millones de aves en todo el mundo y ha infectado también a mamíferos, incluidos los bovinos lecheros en EE.UU., lo que incrementa los temores sobre una posible mutación que permita la transmisión entre humanos.
Pese a este contexto, Mota señaló que la producción bovina en Brasil está orientada a la carne y no a la leche, una diferencia que, según explicó, reduce la vulnerabilidad del ganado brasileño frente al virus. "La gestión del rodeo es diferente. Por eso, decidimos no considerar esta situación como prioridad por ahora", argumentó.
El jefe veterinario brasileño fue enfático: "No queremos generar preocupación donde no hay un problema". Sin embargo, su postura ya ha abierto el debate en círculos sanitarios internacionales. ¿Puede un país con semejante peso en el comercio mundial de proteínas animales permitirse esperar a que el virus toque la puerta?
Brasil gozó durante dos décadas de una fuerte bioseguridad y una producción altamente concentrada, lo que -según Mota- explica por qué no se había reportado antes un brote en granjas. Pero el reciente caso en aves marcó un punto de inflexión. "Nos dimos cuenta de que esto es un desafío para la vida misma", concluyó.