En un contexto geopolítico desafiante, las empresas chinas de protección de cultivos están redefiniendo sus modelos de expansión internacional. Ante la caída del valor global del mercado agroquímico y la necesidad de salir del estancamiento interno, el foco ahora se centra en América Latina como plataforma clave para una nueva ola de reglobalización.
Según las últimas estimaciones de AgbioInvestor, el mercado mundial de agroquímicos podría caer un 6,4% interanual en 2024, alcanzando los 70 mil millones de dólares. Este escenario responde a múltiples factores, entre ellos la corrección post-pandemia de los inventarios globales y el exceso de capacidad productiva acumulado por las empresas chinas.
Del proteccionismo a la ofensiva global
El texto compara esta situación con la tensión histórica entre Francia y Gran Bretaña en el siglo XIX, durante la era de Napoleón, cuando el "Sistema Continental" intentó frenar el avance británico sin éxito. Hoy, la disputa entre Estados Unidos y China toma características similares, con el comercio agrícola en el centro del conflicto.
Sin embargo, a diferencia del pasado, China está apostando por la diversificación y la cooperación estratégica, impulsando lo que sus analistas llaman "la fase China+N". Esto implica inversiones directas, alianzas tecnológicas y transferencia de conocimiento en regiones emergentes, especialmente en América Latina.
Latinoamérica: terreno fértil para la reglobalización
El Foro China-CELAC, celebrado recientemente en Beijing con presencia de mandatarios como Lula Da Silva, Gustavo Petro y Gabriel Boric, fue una señal clara del nuevo enfoque diplomático-comercial chino. La agenda incluyó compromisos en comercio justo, biotecnología, innovación agrícola y energías renovables.
"El futuro de la protección de cultivos dependerá de alianzas con distribuidores locales, adaptación a mercados regionales y una estrategia de marcas propias para cada territorio", aseguran desde firmas como Lier y Fuhua.
Además, la creciente demanda de productos biológicos en la región abre oportunidades para empresas como Newsun, que ya ha logrado registros europeos y acuerdos con BASF. Su próximo objetivo: Brasil y los distribuidores latinoamericanos de bioinsumos.
La cadena de valor se reinventa
Las compañías chinas ya no solo buscan colocar volumen. Apuntan a integrar servicios, tecnologías digitales y procesos verdes, como la fabricación con microcanales y asistencia por inteligencia artificial. Esto les permitiría mantenerse competitivas ante las multinacionales, que también están ajustando sus estructuras.
Chuck Magro, CEO de Corteva, adelantó que la firma ofrecerá licencias abiertas de tecnología a distribuidores y minoristas, un cambio radical que abre la puerta a nuevos modelos de colaboración con empresas chinas.
En palabras del análisis, el juego comercial ya no es solo de precios, sino de estrategias inteligentes y alianzas regionales. Las empresas chinas que logren adaptarse no solo sobrevivirán a la presión de EE.UU., sino que podrían liderar la próxima fase de crecimiento en el agro mundial.