Para reducir las importaciones y mejorar la seguridad alimentaria nacional, el mayor comprador mundial de soja ha anunciado en los últimos años que reducirá significativamente el uso de harina de soja en la alimentación del ganado, según informa Reuters.
China consume al menos 100 millones de toneladas de soja al año. Casi toda esta soja se procesa como ingrediente para piensos rico en proteínas, principalmente para la cabaña porcina del país, la mayor del mundo. Pekín anunció el martes su objetivo de reducir el uso de harina de soja en la alimentación animal al 10 % para 2030, frente al 13 % en 2023 y el 18 % en 2017.
Pero China todavía depende en gran medida de los suministros extranjeros de soja, y los importadores esperan un consumo récord en el período abril-junio debido a la llegada de una cosecha gigante de Brasil.
El plan de China para reducir la harina de soja en el pienso se ha reportado de forma intermitente desde al menos 2018. En aquel entonces, los cerdos chinos solían consumir pienso con un contenido aproximado de 20% de harina de soja y entre 70% y 75% de maíz. Un informe de 2022 del ministerio chino indicó que la proporción de harina de soja en el pienso se había reducido del 17,8% en 2017 al 15,3% en 2021. Esto supuso un ahorro total de 11 millones de toneladas de harina de soja, equivalente a unos 14 millones de toneladas de soja, según el ministerio.
En abril de 2023, Beijing propuso un estándar de harina de soja por debajo del 13% en la alimentación para 2025. Los analistas de la época sugirieron que esto podría reducir las importaciones de soja a 82 millones de toneladas para 2025, muy por debajo de la estimación actual de China para 2024/25 de 94,6 millones de toneladas.
Sin embargo, el USDA proyecta que las importaciones de soja de China en 2024/25 superarán los 109 millones de toneladas, lo que sugiere que China está subestimando su consumo de harina. El año pasado, la agencia comenzó a utilizar datos de exportadores globales para estimar la demanda china de soja en lugar de los datos de las aduanas chinas, ya que los envíos eran significativamente superiores al consumo declarado por China.