La última perspectiva agroclimática regional advierte un cambio abrupto en las condiciones meteorológicas tanto en Sudamérica como en América del Norte, afectando zonas agrícolas clave.
Luego de un retraso de casi un mes, el aire polar se instaló sobre gran parte del país, poniendo fin a las precipitaciones fuera de temporada. Las temperaturas mínimas descendieron de manera marcada en casi toda la región agrícola:
- Heladas generales en zonas serranas y cordilleranas del NOA y Cuyo, con valores bajo cero y registros de hasta -5°C.
- Heladas localizadas en el centro y sur de la región Pampeana.
- Solo el norte del país y Paraguay se mantienen con mínimas superiores a 10°C y máximas superiores a 30°C.
Hacia el final de la semana se espera el paso de un frente de tormenta, pero la falta de humedad limitará las precipitaciones a focos aislados en el norte (hasta 25 mm), con lluvias escasas o nulas en el resto del país.
Estados Unidos: tormentas intensas y riesgo de heladas
En contraste, EE.UU. enfrenta un escenario de inestabilidad extrema:
Tormentas severas afectarán el sur del área triguera, especialmente en Oklahoma, Texas, Arkansas y Louisiana, con lluvias de más de 100 mm.
En el Cinturón Maicero este, las precipitaciones serán más moderadas o escasas.
La Región Sudeste observará registros mixtos, con zonas de hasta 100 mm.
Luego del frente de tormenta, una masa de aire polar provocará un descenso térmico significativo:
Riesgo de heladas localizadas en el norte del área triguera y el cinturón maicero.
Máximas superiores a 30°C regresarán en el sur de EE.UU. hacia el final de la semana, impulsadas por vientos tropicales.
Riesgos señalados:
Lluvias excesivas del centro-norte de Florida hasta las Carolinas (28 y 29 de mayo).
Foco de calor peligroso para el Valle Central de California y el desierto suroeste (28 al 30 de mayo).
Mientras Argentina inicia su temporada fría, con heladas que podrían afectar cultivos tardíos o invernales, EE.UU. encara una fase de tensión climática, entre excesos hídricos y peligros térmicos. En ambos casos, los productores deberán ajustar sus estrategias en función de un clima cada vez más volátil.