A pesar de cambios de gobierno, la presión tributaria se ha mantenido constante, mientras que la economía no ha logrado crecer desde 2011. El déficit fiscal se presenta como un factor determinante en esta situación.
Un reciente informe de la Universidad Austral revela que Argentina ha experimentado una disminución del 2,3% en la eficiencia de su política tributaria en los últimos 18 años. Esta calificación se refiere a la estructura impositiva y su funcionamiento, pasando de un 6,1% en 2005 a un 3,8% en 2021. Estos resultados indican que el país se acerca a una situación en la que no logra alcanzar sus objetivos en términos de sistema impositivo y recaudación efectiva. A lo largo de los gobiernos entre 2004 y 2020, la presión tributaria apenas ha variado, manteniéndose en un promedio del 29,05%, con un mínimo de 26,37% en 2007 y un máximo de 31,45% en 2015.
El Índice de Performance de Política Tributaria (IPPT), presentado por la Universidad Austral en su informe "Performance del sistema tributario argentino", se basa en datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial del año 2021. Este índice considera variables como el balance fiscal, la complejidad del sistema tributario y la presión fiscal sobre empresas y personas.
La caída en la eficiencia del IPPT se explica en gran medida por el déficit fiscal que ha afectado a Argentina. Aunque el sistema tributario se mantiene complejo, la alícuota máxima del impuesto a las Ganancias para personas no ha variado, mientras que para las empresas ha aumentado al 35% en 2021.
En términos de complejidad, el sistema tributario argentino ocupa el último lugar en comparación con otros países de la OCDE. Su puntuación en esta área es la más baja posible, con un puntaje de 1, por debajo de Italia (2,1) y México (2,5). En cuanto a la alícuota del impuesto a las Ganancias para empresas, Argentina también se ubica en el último lugar, con un 35% de alícuota y un puntaje de 3,3.
El balance fiscal de Argentina obtiene una calificación de 4,2 puntos y se sitúa en el puesto 23 en el índice realizado. En cuanto al impuesto a las Ganancias para personas, el puntaje es de 6,6 (con una alícuota máxima del 35%) y ocupa el décimo lugar.
A pesar de los cambios de gobierno ocurridos entre 2004 y 2020, la presión tributaria apenas ha variado en más de un 5%, manteniéndose en un promedio del 29,05% durante esos 16 años. Aunque ha habido modificaciones en la estructura tributaria, el peso de los impuestos sobre la sociedad se ha mantenido constante.
En cuanto a la pérdida de poder adquisitivo de la sociedad argentina, el impuesto inflacionario representó un 2,8% del PBI en 2021, tras la pandemia de COVID-19. Durante este período, la tasa de inflación alcanzó el 50,9%.
Con esta información, se evidencia la necesidad de revisar y mejorar el sistema tributario argentino para fomentar el crecimiento económico y garantizar una mayor eficiencia en la recaudación, evitando así una presión tributaria excesiva que impacte negativamente en la economía del país.