Así lo detalla el último informe mensual del Monitoreo Federal elaborado por el Departamento de Información y Estadística del Mercado Central de Buenos Aires.
En abril de 2025, el mercado frutihortícola argentino atravesó una dinámica compleja: mientras algunas exportaciones mostraron mejoras significativas, los costos logísticos volvieron a incrementarse y los precios mayoristas en el mercado interno exhibieron una alta volatilidad. A
Exportaciones: cítricos al frente, retroceso en hortalizas
Uno de los datos más destacados del informe es el crecimiento interanual de las exportaciones de varias frutas clave. La mandarina encabezó la lista con un incremento del 391%, seguida por la naranja (+235%), el limón (+51%), el tomate (+31%) y la manzana (+19%).
Sin embargo, la contracara se vio en muchas hortalizas y frutas de carozo. El ajo, la papa, la cebolla, la zanahoria, el pimiento, la ciruela, el pelón y la uva sufrieron caídas de entre el 30% y el 96%. Este retroceso afecta a zonas productoras del interior y plantea interrogantes sobre los destinos comerciales y la competitividad de ciertas cadenas productivas.
Costos logísticos: subas generalizadas y presión sobre los márgenes
El otro frente de tensión es el incremento de los costos del transporte, que subieron en promedio un 3,77% en abril, según datos de la FADEEAC. El rubro más comprometido fue el costo financiero, que aumentó un 17,5%, mientras que los lubricantes (+10,25%), las reparaciones (+8,79%) y los gastos generales (+4,86%) también mostraron alzas notables.
El combustible, que sigue siendo el principal insumo, tuvo una suba moderada del 2,02%, pero su impacto se multiplica en un esquema de transporte con fuertes distancias desde las regiones productivas al Mercado Central. Por ejemplo, el flete por bolsa de mandioca desde Misiones se paga a $2.800, el de pimiento desde Jujuy a $2.600 por cajón, y el de zapallo desde Santiago del Estero a $1.100.
Estas cifras presionan sobre los márgenes del productor y de los operadores comerciales, que deben trasladar parte de esos aumentos a precios o resignar rentabilidad.
Precios en el mercado interno: subas y bajas abruptas
En cuanto al mercado interno, los precios mayoristas de frutas y hortalizas presentaron un comportamiento dispar, reflejo de una oferta condicionada por el clima, la logística y la estacionalidad.
Entre las hortalizas, el choclo casi duplicó su valor (+99,6%), el pimiento subió un 42% y la rúcula, un 11%. Pero también hubo fuertes bajas: el zapallito cayó un 65%, la espinaca un 50% y la lechuga, un 44%.
En el rubro frutas, se destacaron los aumentos en la granada (+183%), el higo (+53%) y el kiwi (+38%), mientras que la banana (-14%), la pera (-11%) y el limón (-10,9%) bajaron sus precios respecto al inicio del mes.
Además, se registró una leve disminución en el ingreso de camiones al Mercado Central: un -7,59% respecto a marzo y un -0,6% interanual, lo que refleja cierto ajuste en la oferta.
Importaciones en alza
En paralelo al dinamismo exportador, las importaciones frutihortícolas crecieron en casi todas las especies respecto de abril del año pasado. Se registraron subas de más del 600% en durazno y papaya, y del 130% en palta, mientras que la única baja significativa fue en el caso del limón.
Este aumento responde tanto a la estacionalidad como a decisiones de abastecimiento comercial ante la volatilidad de los precios locales y la búsqueda de mayor estabilidad en las góndolas.
Conclusión: señales mixtas para el sector
El balance de abril muestra una mejora en el perfil exportador de ciertas frutas, pero una presión creciente por los costos logísticos y una alta inestabilidad en los precios internos, que obliga a productores y operadores a recalibrar estrategias.
El informe confirma que el sector frutihortícola continúa atravesando un escenario desafiante, donde la competitividad no depende sólo de los precios internacionales, sino también del acceso al financiamiento, la eficiencia logística y la estabilidad macroeconómica.