La ganadería argentina enfrenta una de sus amenazas más persistentes y letales. La garrapata común del ganado bovino y el Complejo Tristeza Bovina (CTB) han resurgido con fuerza en el norte y litoral del país, generando pérdidas estimadas en 250 millones de dólares anuales y obligando a los productores y técnicos a repensar las estrategias de control sanitario.
El problema no es menor: afecta a unas 18 millones de cabezas de ganado en cerca de 80 millones de hectáreas distribuidas entre el NOA y el NEA. En este contexto, Corrientes se posiciona como una de las provincias más activas en la búsqueda de soluciones innovadoras frente a un escenario que se agrava con el tiempo.
"La Tristeza Bovina es hoy la principal causa de mortandad ganadera en el norte argentino", advirtió Eduardo Ortíz, director de Producción Animal de Corrientes. Se trata de un conjunto de enfermedades transmitidas por garrapatas, insectos hematófagos y prácticas mecánicas inadecuadas, cuyos efectos devastadores incluyen anemia, pérdida de peso, abortos y una alta mortandad en los rodeos.
Corrientes decidió cambiar el enfoque: "El problema no es el animal, es el pastizal. Hay que asumir que los campos están contaminados de larvas listas para infectar al ganado", explicó Ortíz. Bajo esta premisa, la provincia impulsa la inmunización sistemática de terneros de entre 4 y 10 meses, incorporándola en el calendario sanitario oficial desde 2004.
Además, se realizan diagnósticos epidemiológicos periódicos para evaluar los niveles de inmunidad y se promueven ensayos de inmunización en rodeos adultos siguiendo protocolos del INTA. "Apuntamos a estrategias basadas en datos científicos, acompañadas de buenas prácticas de manejo para evitar la resistencia de las garrapatas a los tratamientos", destacó el funcionario.
El retroceso en la lucha contra la garrapata es alarmante: en algunos departamentos del centro-sur correntino se ha perdido el avance logrado en más de 46 años, tras la decisión de abandonar el plan de erradicación en 2021 y pasar a una estrategia de control.
Factores como el cambio climático, el aumento de la temperatura y la resistencia creciente de los parásitos complican aún más el panorama. Frente a este contexto, desde Corrientes esperan que el INTA avance en la aprobación de una vacuna destinada a bovinos adultos para reforzar la inmunización y contener la expansión del CTB.
"Estamos ante un desafío mayúsculo. Solo un compromiso sostenido entre productores, técnicos y autoridades permitirá resguardar el futuro de la ganadería nacional", concluyó Ortíz.