La medida recibió fuertes críticas de activistas climáticos y podría haber permitido un aumento significativo de la deforestación.
El gobernador de Mato Grosso, el principal estado agrícola de Brasil, anunció este lunes que vetará un proyecto de ley estatal que buscaba debilitar las protecciones ambientales en los biomas en peligro dentro de sus fronteras. La legislación habría permitido reclasificar áreas del bioma amazónico como Cerrado, reduciendo así los porcentajes de vegetación nativa que deben preservarse según el Código Forestal brasileño.
Actualmente, las propiedades en el bioma amazónico deben conservar el 80% de su vegetación nativa, mientras que las áreas de Cerrado solo están obligadas a preservar el 35%. De haberse aprobado, esta medida habría generado un aumento estimado de la deforestación en 5,2 millones de hectáreas, equivalente al tamaño de Costa Rica, según el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM).
El veto anunciado por Mendes responde a críticas de activistas climáticos, técnicos ambientales y sectores de la sociedad preocupados por el impacto de la medida. En un comunicado, el gobernador aseguró que el proyecto de ley será sustituido en los próximos 90 días por una nueva propuesta "conforme a la legislación ambiental".
Suely Araujo, coordinadora de políticas públicas del Observatorio del Clima, calificó el proyecto como inconstitucional, argumentando que contraviene leyes federales. Según Araujo, el texto podría haber sido impugnado en los tribunales.
Mato Grosso, que produce casi tanta soja como Argentina y representa aproximadamente una cuarta parte de las exportaciones brasileñas de carne fresca, enfrenta una creciente presión de los grupos agrícolas para abrir más áreas destinadas a la producción a gran escala.
Recientemente, el estado también aprobó una ley que elimina las exenciones impositivas para los comerciantes de granos y refuerza la "moratoria de la soja", un acuerdo voluntario que prohíbe a los exportadores comprar soja cultivada en áreas deforestadas después de 2008.
La medida refleja las tensiones entre el desarrollo agrícola y la preservación ambiental en Brasil, donde los conflictos entre ambos sectores suelen intensificarse. Grupos ambientalistas y científicos advierten que decisiones como esta pueden comprometer la biodiversidad y los esfuerzos globales para mitigar el cambio climático.
Mientras tanto, el anuncio del veto de Mendes ha sido recibido como una victoria parcial por los defensores del medio ambiente, quienes ahora estarán atentos al contenido de la nueva legislación que se presentará en los próximos meses.