El mes de abril dejó un saldo climático marcado por la alta humedad y la persistencia de nubosidad, sin grandes acumulados de lluvia, pero con jornadas que dificultaron las labores rurales. Ahora, con el inicio de mayo, el panorama climático cambia, y las primeras proyecciones indican una mayor actividad en las lluvias del centro del país, aunque con menor impacto del frío respecto a años anteriores.
Según datos del Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos de Mediano Plazo, y con apoyo de análisis del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), mayo presentará lluvias superiores a lo normal en la región pampeana, especialmente en provincias clave como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa.
Las precipitaciones por encima de la media histórica podrían ser beneficiosas para recargar perfiles hídricos en suelos que lo necesitan tras la actividad agrícola intensiva. Sin embargo, también será necesario ajustar el calendario de tareas en función de las condiciones de campo.
En el resto del país, las lluvias se mantendrán dentro de parámetros normales, sin indicios de extremos hídricos. Esto abre una ventana favorable para la cosecha, tras un abril que dejó zonas complicadas por la falta de piso.
En términos térmicos, se espera un mes levemente más cálido de lo normal en la mayor parte del país. Aunque se registrarán pulsos de aire frío, los valores promedio estarán por encima del promedio histórico, lo que implica una menor frecuencia de heladas en zonas como la región pampeana y Cuyo.
Este dato es especialmente relevante para quienes desarrollan actividades agrícolas o ganaderas sensibles a las bajas temperaturas, como los cultivos invernales o el manejo de pasturas.
Las proyecciones actuales no muestran eventos climáticos extremos, pero sí invitan a monitorear de cerca las ventanas de cosecha y siembra, en un contexto donde la humedad será persistente y las heladas más esporádicas.
En un año donde el clima volvió a jugar fuerte, mayo ofrece un respiro estratégico para el campo argentino.
