Los consumidores de pan se harán cargo del costo de la guerra Rusia-Ucrania

La invasión de Rusia el 24 de febrero ha obstaculizado severamente el comercio desde los puertos del Mar Negro, elevando los precios de referencia del trigo en Chicago en un 40% y empujando aún más la inflación mundial de alimentos que ya era la más alta en una década. [GRA/]

Las interrupciones en el suministro de Rusia y Ucrania, que en conjunto representan el 30 % de las exportaciones mundiales de trigo y el 20 % de las exportaciones de maíz, erosionarán la seguridad alimentaria de millones de personas, siendo Oriente Medio y el norte de África especialmente vulnerables debido a su dependencia de las importaciones, dijo Julie Marshall, portavoz del Programa Mundial de Alimentos.

Los precios del petróleo y el gas también se dispararon debido a las sanciones contra Rusia, mientras que los costos del flete y las materias primas como el acero ya se disparaban debido a las fallas en la cadena de suministro relacionadas con la pandemia.

Incluso los consumidores en dos de las naciones productoras de trigo más grandes del mundo, Canadá y Estados Unidos, están pagando el precio.

"Desafortunadamente para el corto y mediano plazo, la inflación de los alimentos y el costo de los productos horneados en los Estados Unidos subirán más. Esto afectará más a los más vulnerables de nuestra sociedad", dijo Robb MacKie, presidente y director ejecutivo de la American Bakers Association.

Semanas antes del último aumento del precio del trigo, Calgary Italian Bakery en Alberta elevó los precios un 7 % para mantener el ritmo de los costos asociados con la sequía canadiense del año pasado y la inflación en los precios de la harina y la levadura.

Ahora, Louis Bontorin, copropietario de la empresa familiar de 60 años, teme que tendrá que volver a subir los precios significativamente, una vez que haya agotado su suministro de harina para cuatro o cinco meses.

"Esto podría ser realmente devastador", dijo Bontorin. "El pan es uno de los fundamentos, lo esencial, y eso es lo difícil. Está tratando de tomar solo lo que necesita, pero también es consciente del efecto (precio más alto) que tiene en el consumidor.

"El poder adquisitivo de todos se está erosionando".

La amenaza a los suministros de trigo por la invasión de Rusia a Ucrania se ha visto exacerbada por una caída en las existencias mundiales de los principales exportadores.

Los suministros en la Unión Europea, Rusia, Estados Unidos, Canadá, Ucrania, Argentina, Australia y Kazajstán caerán a un mínimo de nueve años de 57 millones de toneladas para el final de la temporada 2021/22, Consejo Internacional de Cereales (IGC). ) muestran los datos.

'PAGA EL COSTO O NO LLEVAS TU HARINA'

Algunas acerías firmaron contratos con agricultores el otoño pasado por el trigo que están usando actualmente, aislándolas por ahora de picos relacionados con la guerra entre Rusia y Ucrania. Pero un molinero dijo que una vez que enfrente esos costos más altos, tendrá que pasarlos a los panaderos que compran su harina.

"Será obligatorio. O paga el costo más alto o no recibe su harina", dijo el molinero, quien pidió no ser identificado debido a lo delicado de la situación. "No creo que la población en general tenga idea de las repercusiones que enfrentarán".

Después de la invasión de Rusia, el teléfono del presidente de Rogers Foods, Joe Girdner, comenzó a encenderse. Los panaderos que compran harina de sus dos molinos de Columbia Británica ahora buscan asegurar suministros más lejos que antes, por temor a que los precios puedan aumentar aún más.

También es un problema para el molinero. Los suministros de trigo de primavera ya se estaban agotando debido a la sequía del año pasado, y ahora los compradores globales que dependían de los suministros del Mar Negro pueden volverse hacia Canadá en busca de trigo y competir con los molinos nacionales, dijo Girdner.

"Es una gran preocupación", dijo Girdner sobre la guerra entre Rusia y Ucrania. "Y la verdadera historia será si esta situación se prolonga".

Información de Rod Nickel en Winnipeg; Julie Ingwersen en Chicago; Editado por Marguerita Choy