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De norte a sur: la sequía pone en alerta a los productores de todas las regiones

Tanto la producción de yerba mate en el Litoral como la de frutas en la Patagonia están sintiendo el golpe del tercer año seguido con escasez hídrica.

 Se espera una pérdida del 25 al 30% de la producción total de yerba mate.

Los principales modelos predictivos advierten que hay un 79 por ciento de probabilidades de que el fenómeno la Niña y su característica escasez de humedad se extienda durante esta primavera e incluso hasta enero de 2023. El dato preocupa mucho a productores de diversas zonas del país. 

Una de las actividades que ya se está viendo gravemente afectada es la producción yerbatera. El dirigente Orlando Stvass, tesorero de Coninagro y presidente de la Federación de Cooperativas de Corrientes analizó la situación y comentó: "Padecimos el efecto de la sequía más fuerte en el verano hasta febrero, recién a fines de ese mes comenzó la lluvia y tuvimos un buen regimen a partir de febrero hasta la fecha. Pero con la sequía anterior la pérdida fue muy importante en el noreste correntino y sur de Misiones. Hoy estamos a punto de terminar la zafra y tenemos una pérdida del 25 al 30% de la producción total de yerba mate".

Luego, el cooperativista de Colonia Liebig detalló que por consecuencia de la sequía se han perdido plantaciones nuevas que debieron ser repuestas a un costo muy alto. "También hubo mortandad de plantas que nos llevaron a una merma productiva en nuestra zona. En Misiones hubo más lluvias y tal vez pudieron recuperarse mejor. En el invierno tuvimos un régimen más regular y eso nos dio un poco de aire freso, pero debemos esperar 4 o 5 años para que los ciclos vuelvan a entrar en producción, siempre y cuando la primavera y verano vengan bien sin efecto niña otra vez", concluyó Stvass.

En el sur tambiénAlgunos miles de kilómetros al sur, en la Patagonia también se ven los efectos de la seca. Quien relató el escenario en la zona austral del país es Sergio Riskin, presidente de Primera Cooperativa Frutícola. 

"El norte de la Patagonia viene sufriendo una severa sequía, algo se ha aliviado este año por nevadas registradas en la cordillera, pero las lluvias siguen siendo insuficientes. Los bajos caudales de los ríos algo van aumentar, el riego en las zonas frutícolas para la temporada que se inicia está asegurado pero el bajo nivel que registran los lagos de las represas hidroeléctricas llevará años recuperarlo", expresó el productor de peras y manzanas.

Otra actividad afectada es la ganadería, ya que ante la falta de pasto los productores deben enfrentar mayores costos de alimentación, al tener que incorporar fardos, silaje y maíz. 

El "achicamiento" de los campos que provoca la sequía, también generó mayor afluencia de animales a los feedlots, la Cámara Argentina del Feedlot, informó un nivel de ocupación del 71% en julio y 69% en agosto, más altas que los niveles de los últimos 2 años. 

Al respecto, Georges Breitschmitt, consejero de Coninagro y productor ganadero de Rojas, Provincia de Buenos Aires, comentó que :" el panorama en la zona norte de la provincia de Buenos Aires es complicado, el estrés hídrico empieza a comprometer el trigo y la cebada, ya se ven cultivos con color amarillo y no se descarta que las pérdidas puedan ser importantes". 

A lo que el cooperativista de Las Carabelas agregó: "Desde las cooperativas estamos informando y estamos intentando asesorar al productor, sugiriendo que tome medidas preventivas a modo de coberturas a nivel mercado, es decir en caso de que la cosecha no sea la esperada. Además estamos promoviendo charlas de análisis climático que permitan minimizar el riesgo para encarar la cosecha gruesa de soja y maíz fundamentalmente". 

Finalmente, Breitschmitt indicó: "esto lleva a una cautela financiera, austeridad, en algunos casos hasta se habla de romper los cultivos de invierno que no tengan buenas perspectivas y sembrar, por ejemplo, soja"