El exceso hídrico paraliza la cosecha y compromete la campaña de trigo en Rio Salado
El organismo espera definiciones procesales sobre su futuro a la brevedad
El partido bonaerense de 9 de Julio atraviesa una de las situaciones más críticas de los últimos años debido al exceso de lluvias que ya superan los 1.200 milímetros acumulados en apenas 100 días. A causa del anegamiento generalizado, se paralizó la cosecha de soja y maíz y se anticipa un panorama desalentador para la siembra de trigo y maíz en la próxima campaña.
El ingeniero agrónomo y productor Walter Paganti sobrevoló el distrito durante tres horas y media para relevar el impacto de las lluvias que cayeron entre el 15 y 17 de mayo, con picos que alcanzaron los 200 milímetros. La recorrida aérea incluyó zonas como Quiroga, El Tejar, La Niña, Naón, Santos Unzué y Fauzón, entre otras, y arrojó un diagnóstico contundente: el 30% del partido está severamente encharcado y el resto presenta problemas de piso que imposibilitan las tareas de recolección y preparación de suelos.
"Es una situación muy grave. Hay campos completamente anegados y caminos intransitables. La línea de la Ruta 70, que venía mejor, se terminó emparejando con el resto tras las últimas lluvias. Tal vez Naón está algo mejor, pero la situación es generalizada", explicó Paganti en diálogo con El Regional Digital.
La campaña de invierno, en jaque
Con los caminos rurales anegados y sin condiciones para ingresar ni siquiera con camionetas, las labores previas a la siembra fina se ven directamente impedidas. Paganti fue categórico: "La siembra de trigo será prácticamente nula. En mi caso será cero. No se puede entrar con fertilizantes ni con semillas. Y sin esas condiciones, no se puede hacer un buen cultivo".
El testimonio del productor refleja lo que podría replicarse en otros puntos del oeste bonaerense si las lluvias persisten o si no se producen mejoras rápidas en la infraestructura vial rural.
Maíz en duda, soja como refugio
Respecto a la gruesa 2025/26, el panorama también es incierto. Paganti señaló que el maíz será difícil de encarar por su alto costo de implantación y la logística que requiere, especialmente en lo referido a los fertilizantes. "Va a depender de cómo llegue octubre. Si sigue lloviendo, será muy complicado sembrar", advirtió.
En ese contexto, todo indica que la soja de primera volverá a ser el cultivo de refugio: con menor inversión inicial y menores exigencias operativas, es la opción más viable ante un escenario climático adverso y una infraestructura colapsada.
Imágenes aéreas: El video registrado por Paganti desde el avión muestra una postal alarmante: grandes extensiones de campos inundados, maquinaria detenida y caminos rurales totalmente cubiertos de agua.
Contexto climático y memoria rural
La situación recuerda a la de 2012, otro año de lluvias excepcionales que afectaron gravemente al partido de 9 de Julio. Hoy, con un clima cada vez más imprevisible y un sistema vial rural deteriorado, los productores enfrentan un nuevo desafío que no solo pone en jaque la campaña actual, sino también el futuro inmediato de la producción agropecuaria en la región.
Mientras el agua sigue marcando el pulso del campo, la incertidumbre se impone sobre las decisiones productivas. En 9 de Julio, la campaña fina ya parece pérdida. Y la gruesa dependerá, otra vez, del cielo.