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El campo necesita definiciones urgentes

La negación de situaciones evitando los costos políticos es una de las aristas de este Gobierno. Así, se perdieron treinta meses. Ahora, el campo las necesita. El campo necesita definiciones urgentes

15 Ago 2018

La reciente conmoción financiera -previsible, por cierto- no es el único nubarrón que se cierne hoy sobre el país y los principales sectores. La negación de ciertas situaciones por meses, la falta de decisión en temas políticamente urticantes o los demorados cambios estructurales intentando evitar costos políticos que se pagan luego con creces cuando los daños ya son irreversibles constituyen sólo algunas de las aristas en el equipo de gobierno. 

¿O acaso alguien pensaba que las drásticas correcciones que exigía el modelo de la administración anterior se podían lograr con tibiezas? Estaba claro que el "todo está bien", el "pum para arriba" o el "acá no se dan malas noticias", tan marketineros, solos no iban a servir para revertir el proceso de profundo deterioro productivo que había tenido la Argentina, y más aún, el sector agropecuario. 

Por supuesto que esa era una fantasía absolutamente infantil e inconducente. Tal esquema no podía servir para salir del pozo, lo que ahora quedó en claro cuando la tapa de la olla terminó saltando por el aire y más de uno -incluyendo a varios funcionarios- cayeron abruptamente en la cuenta de que el nuevo relato oficial era tan poco cierto y creíble como el anterior. 

En medio, se desperdiciaron casi 30 meses. Sin embargo, y a pesar del alto costo, si el proceso sirvió para aprender y para corregir, entonces todavía hay chances. Pero resulta imprescindible que ahora se hable con total claridad, hasta con crudeza; que se pongan metas que se puedan cumplir -es decir, que sean ciertas y estables-; que cada uno ejerza la responsabilidad que le cabe y que los funcionarios asuman que son "los soldados" del Presidente, y los que deben pagar los costos de los errores y no al revés. 

Es imprescindible que el equipo entre de una vez en la mayoría de edad, sin jueguitos infantiles, y sin ocultar la realidad. Que se piense en la estrategia-país de mediano y largo plazo, antes que en la coyuntura proselitista de corto (cortísimo) plazo.

La sociedad es madura y está mejor preparada para recibir la verdad de una vez por todas, que seguir con las mentiras edulcoradas que no le sirven a nadie. Esto cabe también para buena parte de la dirigencia sectorial, todavía más inclinada a la protesta que a la propuesta. 

En ese escenario, el "campo" más que ninguno necesita definiciones urgentes. Pero las de fondo ¿Qué importancia puede tener en este contexto si Agroindustria es Ministerio o Secretaría de Estado? ¿qué trascendencia puede tener quien esté al frente si desde el Gobierno no hay definiciones sobre los principales temas que están afectando al campo? 

Se sabe que con tasas de interés superiores al 40% no hay esquema productivo que aguante. Si es cierto que está tomada la decisión de no volver a reimplantar las retenciones ¿por qué no manda el Ejecutivo un proyecto de Ley que impida, efectivamente, su adopción? Si se va a defender el suelo como el principal capital que tiene la Argentina ¿entonces por qué no se aprueba de una vez la Ley de fertilidad, que desgrava el uso de los fertilizantes? ¿Tiene claro el equipo económico que la única forma de mantener una serie de subsidios es agrandando la torta para poder repartir más? ¿Está claro eso? 

Y, como la sábana es corta, para impulsar determinadas cosas, inevitablemente habrá de recortar otras. ¿Eso también está claro? ¿Saben los funcionarios que "están obligados" a pagar costos políticos para defender los intereses superiores de la Nación, sin importar lo que ellos pierdan en forma personal? Si todo esto está más o menos claro, entonces todavía hay chances y finalmente el campo se puede transformar en la gran locomotora que lleve a la Argentina al crecimiento que puede y se merece tener.

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