Este programa, lanzado el 23 de abril, tiene como objetivo cerrar la brecha entre la tecnología espacial y las prácticas agrícolas, mostrando cómo la agencia no solo se dedica a explorar el espacio, sino también a mejorar la agricultura en la Tierra.
Kaiyu Guan, fundador del Centro de Sostenibilidad de Agroecosistemas de la U of I y científico jefe de NASA Acres, destacó que la misión del programa es aplicar los datos satelitales de observación de la Tierra de la NASA para abordar desafíos agrícolas cruciales. Estos incluyen el monitoreo de patrones climáticos, daños por plagas y prácticas de labranza, además de ayudar a los agricultores a gestionar de manera más eficiente los nutrientes como el nitrógeno.
Guan explicó cómo la iniciativa ha comenzado a generar confianza en sus métodos para determinar la absorción de nitrógeno en los cultivos, lo cual es crucial para optimizar el uso de fertilizantes y minimizar la pérdida de nutrientes. Este enfoque integrado busca facilitar a los agricultores la adopción de prácticas agrícolas sostenibles y efectivas.
Alyssa Whitcraft, directora ejecutiva de NASA Acres y profesora asociada de investigación en la Universidad de Maryland, añadió que, aunque la NASA ha estado vinculada con la agricultura desde la década de 1970, solo recientemente ha mejorado la conexión entre sus datos y los agricultores. El programa también se esfuerza por asegurar que los datos se integren en las herramientas digitales que los agricultores ya utilizan, facilitando el acceso a esta información vital durante la operación de maquinaria como cosechadoras y pulverizadores.
Con el apoyo de más de 30 grupos de investigación y agricultura, incluyendo el Illinois Farm Bureau y la U of I, NASA Acres se compromete a transformar la agricultura estadounidense haciendo que sea más productiva, sostenible y resiliente.
Para más información y recursos, los agricultores están invitados a participar y contribuir en la plataforma en línea NASAacres.org, donde pueden acceder a datos y herramientas y proporcionar su retroalimentación, asegurando que sus necesidades y experiencias moldeen el futuro del programa.