En un contexto de mayor previsibilidad económica, la maquinaria agrícola volvió a encender motores. Según el informe trimestral del INDEC, el primer trimestre de 2025 dejó un saldo más que positivo: la facturación del sector alcanzó los $512.046 millones, con un incremento de +89,7% en pesos corrientes frente al mismo período del año pasado. En unidades, se vendieron 3.628 equipos, lo que representa una suba interanual de +30,9%.
Medido en dólares al tipo de cambio oficial, las ventas totalizaron USD 475 millones, un salto de +48,4% respecto a los USD 321 millones del primer trimestre de 2024.
¿Qué rubros lideraron la suba?
Cosechadoras: Con 264 unidades vendidas, crecieron +58,1% interanual y marcaron la mayor participación desde 2017. La facturación se duplicó (+110,2%) y creció +25,1% en moneda constante.
Sembradoras: Vendieron 243 unidades, con un alza de +43,8% interanual. La facturación subió +117,2% y el incremento real fue de +29,2%.
Implementos: 1.759 unidades comercializadas (+36,4%) y una facturación de $164.173 millones. Fue el rubro con la mayor participación del trimestre (32,1%).
Tractores: 1.362 unidades vendidas (+19%) pero con caída del -12,2% en ventas ajustadas por inflación, mostrando menor dinamismo.
Pulverizadoras: 140 unidades (+20,7%) y un alza del +99,3% en pesos corrientes.
Tolvas: 545 unidades, con crecimiento leve de +14,5%, pero caída del -3,1% en moneda constante.
Mejor arranque en tres años, pero con matices
Aunque los números reflejan un primer trimestre vigoroso, el crecimiento en algunas categorías viene acompañado de caídas respecto al último trimestre de 2024, lo que marca cierta estacionalidad en las decisiones de compra.
No obstante, el sector muestra signos de consolidación y responde a un contexto más favorable para la planificación productiva. El productor vuelve a invertir con previsibilidad, apostando a la tecnología y a cerrar la brecha entre el potencial y el rendimiento real.
La maquinaria como termómetro del agro
El desempeño del sector no sólo es un dato de coyuntura, sino un indicador clave del nivel de inversión del campo. El salto en ventas refleja una expectativa positiva, donde la innovación y la reposición de equipos cobran protagonismo.
El desafío ahora será sostener este ritmo en un año que se proyecta clave para la recuperación del área sembrada y la eficiencia productiva. La demanda de maquinaria crece al ritmo del maíz, la soja y la confianza.