Bolivia apuesta a la genética: herramientas de precisión para transformar la ganadería
Productores bolivianos acceden por primera vez a tecnologías de vanguardia que permiten evaluar genéticamente sus rebaños y dar un salto en productividad, sostenibilidad y competitividad.
La ganadería moderna exige precisión, y Bolivia comienza a dar pasos firmes hacia una producción más eficiente y rentable. De la mano de la Asociación Nacional de Criadores y Pesquisadores (ANCP) de Brasil, los criadores locales ya pueden acceder a herramientas que revolucionaron la producción bovina en países vecinos: genómica aplicada, ultrasonido de carcasa, evaluaciones multirraciales y apareamientos optimizados.
¿El objetivo? Impulsar la evolución genética del rodeo boliviano, con decisiones productivas basadas en datos y estrategias de selección alineadas a las metas de cada productor.
"El hato boliviano precisa de estas herramientas y conocimientos para promover una mejor evolución genética", afirmó Maria Paula Negreiros, especialista de ANCP.
Las soluciones presentadas por la ANCP están diseñadas para ganaderos de todos los tamaños y permiten maximizar el rendimiento, la fertilidad, la adaptabilidad y la calidad de carne del rodeo:
Genómica aplicada: predicción más confiable del valor genético de cada animal.
Ultrasonido de carcasa: evaluación precisa del desarrollo muscular y grasa subcutánea.
Prueba de progenie: análisis del desempeño de la descendencia para validar genética superior.
Evaluación multirracial: permite trabajar con diferentes razas y cruzamientos.
Apareamientos genéticos optimizados: maximiza el potencial de las crías al elegir toros y vacas estratégicamente.
SAM (Sistema de Apareamiento Múltiple): planificación de cruzamientos basada en datos.
ANCPNet: plataforma digital con evaluaciones y reportes personalizados.
Consultoría técnica personalizada, certificados de calidad, DEP genómicos y pruebas de rendimiento.
Evaluar para decidir: cada rebaño tiene su hoja de ruta
"El éxito de estas herramientas depende de tener claros los objetivos productivos", enfatizó Negreiros. Ya sea mejorar peso, habilidades maternales, precocidad sexual o rusticidad, cada criador debe definir a dónde quiere llevar su hato y utilizar la genética como aliada estratégica.
Además, recomendó medir y registrar sistemáticamente los datos de cada animal: "Sin datos, no hay base para una selección robusta. La consistencia en la recolección de información es la clave para lograr progreso genético real".
En un mundo donde la genética bovina marca la diferencia en rentabilidad, sanidad y adaptación al cambio climático, Bolivia no puede quedarse atrás. Estas herramientas llegan en el momento justo para que el país fortalezca su competitividad regional, mejore la calidad de su carne y proyecte su ganadería hacia un modelo más tecnificado y sustentable.