La sequía ha reducido los embalses y ha suscitado preocupaciones sobre el suministro de energía hidroeléctrica. La autorización publicada en el Boletín Oficial cubre todas las plantas termoeléctricas, no solo las que funcionan con gas como se planeó inicialmente, e incluye otras fuentes de combustible más caras.
La medida permitirá que las centrales térmicas que no tengan contratos para la venta de su energía incluyan costos fijos en los ingresos que tienen derecho a recibir cuando sean llamadas a operar, el llamado Costo Unitario Variable (CVU).
Las plantas termoeléctricas pueden activarse en estas condiciones hasta por seis meses, aunque la medida permite una extensión.
Los costos fijos que pueden incluir las plantas sin contratos terminarán siendo pagados por los consumidores, dijo el analista energético Urias Martiniano.
El sistema eléctrico de Brasil se ha visto afectado por la menor cantidad de lluvias desde 1930 y esto ha requerido que la generación termoeléctrica se active para satisfacer la demanda desde octubre pasado, lo que ha elevado las tarifas debido a los mayores costos.
El gobierno ha dicho que se necesitarán medidas adicionales para garantizar el suministro de energía.
El Comité de Seguimiento del Sector Eléctrico (CMSE), liderado por el Ministro de Minas y Energía, ha abogado en las últimas semanas por la necesidad de facilitar las condiciones de funcionamiento de algunas centrales hidroeléctricas.
El sábado, el operador de la red nacional (ONS) dijo que las medidas tomadas garantizarán el suministro eléctrico en Brasil este año, aunque admitió el riesgo de desabastecimiento en el período de junio a noviembre.
Entre las acciones que se están llevando a cabo, la agencia destacó la flexibilización de las restricciones para las represas en las cuencas de los ríos São Francisco y Paraná, aumento de la generación térmica con suministros de combustible garantizados e importaciones de energía de Argentina y Uruguay.
Reporte de Luciano Costa en Sao Paulo; Editado por Matthew Lewis
