Este análisis revela cómo la falta de coberturas y la presión de los derechos de exportación comprometen la rentabilidad del sector, un llamado de atención para productores, técnicos y formuladores.
La última campaña de granos gruesos 2024/25 en campos arrendados registró significativas pérdidas económicas, impactando especialmente a quienes no adoptaron coberturas anticipadas de precios. Con rindes desplomados y valores de mercado en baja, muchos productores enfrentan márgenes negativos que erosionan el capital de trabajo, llevando a una revisión urgente de estrategias de gestión y sustentabilidad
1. Panorama Actual y Datos Clave
En soja, el rendimiento nacional se estima en unos 29 qq/ha, consecuencia de una multitud de contratiempos: sequía estival, tormentas puntuales y retrasos en cosecha.
Vendiendo a los actuales US$274/t, quienes no cerraron contratos a precio de abril (más de US$300/t) registran pérdidas estimadas en US$200 por hectárea.
En maíz, con rendimientos promedios de 69 qq/ha y precio de US$175/t, se proyectan pérdidas de US$180/ha
Estos balances surgen de modelos que combinan rendimientos y valores promedio, dejando fuera escenarios de mayor productividad o coberturas activas.
2. Factores Determinantes y su impacto
Cambio climático: la sequía prolongada y lluvias erráticas arruinan la siembra directa, disminuyen el rinde y erosionan la sanidad vegetal.
Mercado y política: la cercanía del retorno de derechos de exportación al 33% y la presión de una cosecha récord en EE.UU. deterioran la competitividad; además, el dólar se atrasa frente a la inflación y las tasas en pesos superan los retornos agrícolas
Coberturas y gestión: la falta de ventas futuras o puts previas significó exponer el negocio a precios volátiles, reduciendo margen frente a la incertidumbre.
3. Innovación, Buenas Prácticas y Casos Exitosos
Si bien el escenario es adverso, existen ejemplos de gestión eficiente:
Zonas con mayor pluviometría alcanzaron rindes por encima de la media.
Productores con coberturas anticipadas mitigaron el impacto bajista del mercado.
La adopción de tecnología -como la agricultura de precisión y rotación de cultivos- sigue siendo clave para mejorar el rinde y optimizar insumos.
4. Retos y Oportunidades
La baja rentabilidad impulsa a repensar la estructura de costos: previsible que en zonas con márgenes negativos se ajusten contratos de alquiler o se renegocien contratos de arrendamiento.
La política pública podría intervenir: exigencias de cobertura de precios o modificaciones en retenciones podrían aliviar la carga financiera del productor.
El sector debe impulsar más buenas prácticas agrícolas (BPA), incentivar coberturas mediante crédito agropecuario y fortalecer infraestructura para mejorar acceso al mercado y logística.
