Según Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral. Este informe arrojará luz sobre las expectativas para el hemisferio sur, especialmente en un contexto donde la volatilidad del trigo ha capturado la atención del mercado por segunda semana consecutiva.
A nivel local, la cosecha de trigo en Argentina es un punto focal, especialmente debido a las condiciones climáticas adversas en otras partes del mundo como Rusia, Ucrania y el oeste de Europa. Sin embargo, es en el sur de Brasil donde las lluvias excesivas podrían tener un impacto significativo, afectando la producción de trigo en una región clave y potencialmente incrementando las importaciones desde Argentina.
Romano destaca que el mercado de urea muestra una demanda activa, señal de que el área de siembra podría ser considerable, influida por la subida de precios y un nivel adecuado de humedad. Asimismo, en el evento "A todo trigo", que se celebrará la próxima semana, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires lanzará oficialmente la campaña fina, con expectativas de repetir la superficie del año pasado.
A nivel de comercialización, se observa un aumento en los valores del trigo, lo que genera buenos márgenes pero también exige precauciones como avanzar en ventas para cubrir costos o considerar la compra de PUT para establecer pisos de precios.
En cuanto a la soja, aunque las lluvias han disminuido, no se ha reflejado una aceleración en las ventas a pesar de la mejora en los precios. La comercialización ha sido más activa comparada con semanas anteriores, aunque aún sigue por debajo de lo habitual para esta época del año.
Para el maíz, la recolección avanza lentamente y la producción ha sido ajustada a la baja por 10 millones de toneladas debido al impacto de la chicharrita, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. A pesar de un aumento en las ventas por parte de los productores, el porcentaje de la producción vendida a precio sigue atrasado en comparación con el promedio histórico.
Finalmente, el mercado se prepara para una posible aceleración en la recolección de maíz en junio/julio debido a los cultivos afectados por el spiroplasma, que sufren de un tallo debilitado y son susceptibles al volcado. Este escenario podría generar un pico de oferta en un período que normalmente vería una distribución más extendida de la trilla.
