La decisión oficial de extender hasta marzo de 2026 la baja de retenciones al trigo y la cebada fue recibida con alivio en el sector agropecuario, pero no provocó el efecto expansivo que el Gobierno esperaba. Según un relevamiento reciente, la mayoría de los productores mantendrán los planes de siembra ya definidos, sin ampliarlos, debido a que los márgenes siguen siendo muy ajustados y la rentabilidad aún depende fuertemente del doble cultivo con soja.
"La medida impacta positivamente, pero no alcanza para modificar la intención de siembra", expresó Alejandro Acerbo, productor y asesor en la zona de Junín. Y agregó: "El trigo por sí solo no justifica una expansión. La verdadera rentabilidad llega con la soja que lo sigue".
Este razonamiento se repite en distintas regiones. Desde Tandil, el productor Daniel Barcelonna advirtió que los contratos de alquiler atados a soja están muy altos, y que eso condiciona aún más los márgenes. "Si no conseguimos renegociarlos, los números no cierran", aseguró.
Un escenario que no termina de cerrar
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la siembra de trigo alcanzaría 7,2 millones de hectáreas, el mayor nivel en 15 años. Sin embargo, el incremento responde más a factores climáticos que a estímulos fiscales. "Llovió bien y hay buenas reservas, eso sí ayuda", indicó Alejandro Vejrup, gerente de la Cooperativa Alfa en Tres Arroyos. Pero aclaró: "La medida oficial confirma decisiones que ya estaban tomadas. No cambia la lógica de la rotación".
En su zona, los márgenes brutos del trigo y la cebada forrajera siguen siendo negativos, incluso con rindes de 4500 a 5000 kg/ha. Solo la cebada tipo Quilmes y de exportación muestra resultados levemente positivos.
Retenciones a la soja: el gran condicionante
El productor Néstor Roulet realizó un análisis que mostró cómo la suba prevista en la retención de soja del 26% al 33% impacta negativamente sobre todo el sistema trigo-soja, con pérdidas netas de US$5 por hectárea en el doble cultivo. Mientras el trigo mejora levemente, la soja empeora, lo que termina por neutralizar los beneficios fiscales para los cereales de invierno.
Desde Aapresid, Esteban Bilbao lo resumió con claridad: "Las retenciones son una quita de poder adquisitivo injusta. Este tipo de medidas no distingue si se gana o se pierde". Y remarcó que en su región ya se siembra el 30 al 40% con cultivos de invierno, por lo que no hay mucho margen para crecer sin forzar el manejo técnico y agronómico.
CREA: intención de siembra alta, pero con dudas
Según el último informe de CREA, la intención de siembra de cultivos de invierno alcanzó el 33% del total, el nivel más alto desde 2012. Sin embargo, advierten que los excesos hídricos y los bajos precios podrían limitar la concreción de esos planes. Además, remarcaron que los derechos de exportación siguen siendo un freno estructural. Su eliminación, señalan, podría sumar US$112 millones en exportaciones y aumentar un 2,7% la producción de trigo.