El tablero sanitario ganadero de Sudamérica atraviesa una transformación clave. Brasil consiguió el reconocimiento oficial como país libre de fiebre aftosa sin vacunación, un logro que le permite acceder a mercados premium sin restricciones. En ese contexto, Argentina debate internamente si flexibiliza o no la histórica barrera sanitaria que protege a la Patagonia, en medio de tensiones políticas, reclamos sectoriales y dudas sobre las consecuencias comerciales de una eventual apertura.
El foco está puesto en la posibilidad de permitir el ingreso de carne con hueso desde el norte del país hacia el sur del río Colorado. La barrera sanitaria vigente prohíbe desde hace más de dos décadas esa práctica, con el objetivo de resguardar el estatus diferencial de la región patagónica como zona libre de aftosa sin vacunación.
Iraeta: "La barrera queda igual, por ahora"
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta, intentó poner paños fríos al debate. "La barrera queda igual. Lo único que está en tema es si va a poder entrar carne con hueso al sur", sostuvo, al tiempo que aclaró que, en caso de avanzar, la habilitación sería solo para cortes con hueso plano.
Iraeta explicó que el Gobierno ya inició consultas formales a los mercados internacionales que compran carne patagónica -entre ellos, Chile y la Unión Europea- para saber si aceptarían esa modificación sin revocar los beneficios de la zona sanitaria. "Estamos a la espera de esas respuestas", afirmó.
Una prórroga que vence y una tensión que crece
La tensión se reavivó en la región luego de que se acercara la fecha de vencimiento de la prórroga que mantiene vigente la actual barrera. Entidades empresarias, productores y gobernadores patagónicos exigen que no se toque la normativa. Argumentan que cualquier flexibilización podría poner en riesgo la reputación sanitaria, los mercados externos y el diferencial comercial que tanto le ha costado consolidar a la región.
Desde el sur, la posición es clara: no a la entrada de carne con hueso del norte. "Podría abrir la puerta a riesgos innecesarios", advierten referentes ganaderos.
Brasil pisa fuerte y suma presión
El avance de Brasil cambia las reglas de juego. El nuevo estatus sanitario del principal competidor de Argentina en carne bovina habilita a sus exportadores a vender sin restricciones en mercados que antes eran exclusivos para Patagonia. En otras palabras, lo que era una ventaja diferencial para la Argentina empieza a diluirse.
Mientras tanto, del lado argentino, aún no hay definiciones concretas. El sector ganadero del norte pide habilitar el mercado patagónico como vía para dinamizar ventas y ofrecer productos a menor costo. Del otro lado, los productores del sur reclaman preservar a toda costa una de las pocas ventajas competitivas con las que aún cuentan.
El Gobierno camina por la cornisa. Si abre, puede ganar volumen; si cierra, conserva prestigio. La decisión, aseguran, se tomará solo después de conocer el impacto real en los mercados externos. Por ahora, la barrera sigue firme. Pero las presiones se acumulan.