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Sequía mata dólares: se perderían u$s 3.300 millones sólo por el trigo y la cebada

Si no hay lluvias habrá poco ingreso de divisas, lo que se traduce en más controles cambiarios por parte del Gobierno y en problemas para las comunidades productivas, así como para la economía argentina.

El desastre climático  que atraviesa a la presente campaña agropecuaria 2022/23 provocará una merma en el ingreso de dólares, lo que terminará afectando tanto a las comunidades productivas como a la economía nacional en general.

Desde ya, la liquidación de divisas para el 2023 se debate en tres escenarios, según un informe de Allaria Ledesma & CIA y esbozados por la Bolsa de Rosario. Para el 2023 en el escenario más optimista se liquidarían US$ 36.119 millones, US$ 9.570 millones menos que en el corriente año.

En el escenario realista US$ 33.103 millones, US$ 12.586 millones menos que en 2022, y en el escenario pesimista US$ 29.847 millones, US$ 15.842 millones menos que en el 2022. 

De acuerdo con un informe de la Asociación de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA), hasta el momento y solo teniendo en cuenta las inclemencias del clima en los cultivos de trigo y cebada, las pérdidas económicas se estiman cerca de los US$ 3.300 millones.

El relevamiento registró en la presente campaña una reducción del 30% de la superficie de maíz en fecha de siembra temprana respecto de la planificada, al mismo tiempo que la implantación de soja, que si bien crece en superficie, "registra demoras en varias regiones".

 "En cualquier caso, buena parte de la oferta de granos gruesos prevista para marzo y abril de 2023 no estará disponible por las demoras en las siembras en muchas regiones afectadas por sequía", señaló Ariel Angeli, líder de la unidad de I+D de CREA.

"Por supuesto que se va a ver resentida la entrada de dólares provenientes del campo de la cosecha 2022-23. Primero los provenientes del trigo que, estamos en plena cosecha y estimamos que lo que va a entrar por soja y por maíz va a ser menos de lo esperado en lo que resulte a producción", comentó Eugenio de Bary, miembro de la Comisión Directiva de CREA, en declaraciones a PERFIL.

"No obstante, existe la posibilidad de un viento a favor. Esto es que el precio de las commodities en 2023 aumenten, eso podría llegar a compensar algo. Pero eso al día de hoy, no lo sabemos", agregó Bary.

Menor disponibilidad de divisas

"Esa reducción de la disponibilidad de granos, además de un problema para las empresas agrícolas, también representará un desafío para la economía por la menor disponibilidad de divisas", advirtió Angeli.

El documento elaborado por CREA sostiene que si las lluvias no se regularán durante el mes de diciembre, las consecuencias serían "comprometedoras" para la producción de granos gruesos de segunda siembra que, ingresan al mercado hacia la mitad del año. Esto acrecentaría las dificultades para el sector productivo y para la economía argentina en general.

En ese contexto, "si no aparecen lluvias abundantes en los próximos tres meses, será difícil evitar un mayor cepo en 2023, lo que pondría presión en una brecha que de por sí enfrenta el desafío de la deuda en pesos en año electoral", advierte también un informe de 1816.

Otras consecuencias de las inclemencias climáticas

El relevamiento de CREA también expone que la sequía y las heladas tardías redujeron la oferta de recursos forrajeros para la alimentación de los animales y en la mayor parte de los establecimientos ganaderos CREA, lo que deriva en una situación complicada en lo inmediato para asegurar la condición corporal de los vientres de cara al servicio; como así también en el mediano plazo para lograr indicadores de destete adecuados.

Asimismo, la proporción de vacas en buen estado corporal bajó veinte puntos porcentuales respecto al mismo período del año pasado. "Si bien en lo inmediato la actual coyuntura puede contribuir a incrementar la oferta de hacienda ante la necesidad de liberar campos por la falta de recursos forrajeros, en el mediano plazo puede promover una merma de la disponibilidad de hacienda al afectar la capacidad de producción del sector", advirtió Angeli.

El problema también afecta a las empresas tamberas, las cuales a partir de las dificultades productivas generadas por desastres climáticos, desde ya prevén una desaceleración del crecimiento de la producción de leche y recurrieron a una mayor proporción de suplementos por falta de disponibilidad de recursos forrajeros.

La peor campaña en muchos años

"Esta es la peor campaña de los últimos años. A diferencia de la última gran sequía que fue la de 2008, en ese entonces la superficie afectada fue mucho menor, en esta la verdad que agarra toda la zona productiva: trigo, maíz y soja", advirtió. No obstante, el productor agropecuario destacó que la peor parte se la llevó el cultivo de trigo, hasta ahora.

"El trigo tuvo dos problemas en los que se vio afectada la producción. La sequía y las heladas de octubre y noviembre. En mi caso personal, la sequía nos redujo al 50% de lo que estimábamos cuando hicimos el presupuesto. Y a su vez las heladas redujeron en 50% el rendimiento que estamos obteniendo por la sequía".

"Es decir, pretendíamos 5.000 kilos de trigo por hectárea. La sequía nos lo redujo a 2.500 kilos y las heladas redujeron eso a entre 700 o 1.200 kilos. La situación es desesperante para los productores. Hasta ahora a nivel provincial (Santa Fe) se está debatiendo que declaren la Zona de Emergencia. A nivel nacional, los productores no hemos recibido ningún acompañamiento", lamentó.

"No hay conciencia de la magnitud del problema"

"No están tomando conciencia de la magnitud del problema. Ni la opinión pública ni el Gobierno, nadie lo está tratando. Estás entrando al verano y el perfil del suelo está seco. Y eso es muy grave para los cultivos, y no veo que a nivel país se tenga consciencia de lo que está sucediendo; de la magnitud del problema", lamentó Bary.

LR