Agricultura

Crisis en la siembra de trigo: escasez de agua pone en peligro un 10% del área de cultivo en la región núcleo

A pesar del estado alentador de los cultivos de trigo en la región núcleo, la falta de precipitaciones y un invierno cálido generan preocupación sobre la producción de macollos y los rendimientos.

En un contexto en el que la siembra de trigo en la región núcleo se encuentra en su fase final, surge un desafío preocupante debido a la escasez de agua. Aunque los cultivos presentan un estado alentador en la actualidad, existe temor de que un invierno cálido pueda tener un impacto negativo en la producción de macollos, lo que a su vez afectaría los rendimientos.

Según un informe elaborado por la Guía Estratégica para el Agro (GEA), alrededor del 10% del área destinada a la siembra de trigo en la región núcleo podría quedar sin sembrar debido a la falta de precipitaciones. El mapa de agua en el suelo revela un problema significativo en el oeste, especialmente en el suroeste, donde aproximadamente 100.000 hectáreas difícilmente puedan ser sembradas sin nuevas lluvias. Con el cierre de la ventana de siembra cada vez más cerca, la situación se torna alarmante.

En lugares como Sancti Spiritu, al sur de Santa Fe, la preocupación es evidente. En mayo apenas se registraron 37 milímetros de lluvia, y en junio no ha llovido nada. En el noroeste de Buenos Aires, la siembra está estancada en un 50% debido a la escasez de humedad y las pocas perspectivas de sumar nuevos lotes.

Sin embargo, no todo son malas noticias. En algunas zonas, como el centro-sur y sureste de Santa Fe, se ha logrado agregar algunos lotes a la siembra de trigo. En el noreste bonaerense, el 95% del trigo ya ha sido sembrado. No obstante, en el sudeste de Córdoba, incluyendo Marcos Juárez, se ha observado una reducción del 40% al 50% en la superficie sembrada en comparación con el año anterior.

En general, se estima que la superficie de trigo para la campaña 2023/24 en la región núcleo podría disminuir entre un 15% y un 23% en comparación con la temporada anterior.

El mes de junio ha sido particularmente desafiante, con una disminución del 80% en las precipitaciones en la región núcleo. Las temperaturas por encima de lo normal y la alta humedad relativa han sido constantes, mientras que los pronósticos de lluvia han fallado sistemáticamente. Según el consultor Elorriaga, esto se debe a la ausencia de aire frío desde el sur y la predominancia de la circulación del sector norte, que es más cálida y húmeda pero no ha logrado generar lluvias efectivas.

Los pronósticos a corto plazo indican una baja probabilidad de lluvias en los próximos días, con la posibilidad de algunas precipitaciones moderadas en el este de Buenos Aires. Sin embargo, los productores del oeste de la región señalan que se necesitarían entre 40 y 50 mm de lluvia para retomar la siembra y ampliar el área destinada al trigo, una cifra que está por encima de los promedios históricos de invierno.

A pesar del buen desarrollo y los nacimientos uniformes en los trigales debido a las temperaturas moderadas a cálidas, los técnicos expresan su preocupación por la escasa reserva hídrica y las altas temperaturas, ya que podrían afectar el rendimiento potencial si no se producen lluvias adecuadas a finales de agosto y principios de septiembre. La falta de frío también se presenta como un riesgo para la formación de macollos y limitar el potencial del trigo.

El panorama para la siembra de trigo en Argentina es incierto. Los productores comienzan a resignar área de siembra en la franja oeste de la región pampeana debido a un junio extremadamente seco. 

Agrolatam.com