Brasil cerró el año con un aumento significativo de la inflación, impulsada principalmente por el alza en los precios de los alimentos. Ante este escenario, el gobierno de Lula Da Silva evalúa diferentes medidas para contener la suba de precios, mientras enfrenta presiones internas para implementar retenciones a las exportaciones agropecuarias, una medida que ha generado fuertes rechazos en el sector rural.
El Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece el presidente Lula, ha propuesto la imposición de derechos de exportación a los productos del campo, una medida similar a las retenciones que aplica Argentina. Según informaron medios locales como Agrofy News Brasil y Folha de San Paulo, la inflación en los últimos 12 meses ha registrado aumentos significativos en productos clave como el arroz (8,2 %), carnes (20,8 %), aves y huevos (6,5 %), aceite de soja (29,2 %), leche (18,8 %) y café (36,9 %).
Sin embargo, la propuesta del PT ha encontrado una fuerte oposición por parte del sector agropecuario. El diputado por Paraná y presidente del Frente Parlamentario Agropecuario (FPA), Pedro Lupión, criticó duramente la iniciativa: "El gobierno perdió completamente su credibilidad y el control en la gestión de cuestiones como las tasas de interés, los tipos de cambio y el control del gasto público".
Posición del gobierno brasileño
Frente a la presión del PT y la reacción del campo, el ministro de Desarrollo Agrario, Paulo Teixeira, descartó la posibilidad de implementar retenciones. "La propuesta no tiene posibilidades de prosperar", afirmó Teixeira, quien además insistió en que el gobierno no tomará medidas heterodoxas para enfrentar la inflación.
No obstante, el ministro tiene un historial que contradice su postura actual. En 2022, cuando era diputado, Teixeira presentó un proyecto de ley junto a otros 21 parlamentarios para imponer retenciones a las exportaciones de carne y granos. Según explicó, el objetivo de la propuesta era permitir la implementación de estos impuestos, aunque sin la obligación de aplicarlos. El proyecto fue rechazado en tres comités.
El presidente de la Federación de Agricultura de Paraná, Ágide Eduardo Meneguette, también cuestionó la propuesta del PT. "Los precios practicados internamente reflejan el alto costo de producción y el llamado ‘coste de Brasil', y no el resultado de márgenes de beneficio exorbitantes", señaló Meneguette. Además, advirtió que permitir importaciones indiscriminadas podría poner en peligro los medios de vida de muchos productores.
Mientras Brasil debate estas medidas, el gobierno argentino, liderado por Javier Milei, anunció una reducción del 20 % en las retenciones a los principales cultivos: soja, maíz y trigo. Esta decisión contrasta con la posible implementación de impuestos a las exportaciones en Brasil, lo que podría generar tensiones adicionales en el mercado regional.
El debate sobre las retenciones al campo en Brasil refleja la complejidad de la situación económica que enfrenta el país, con una inflación en alza y un sector agropecuario que rechaza cualquier medida que afecte su competitividad. Mientras el gobierno de Lula busca equilibrar las presiones políticas y económicas, el futuro de las políticas agroexportadoras en Brasil sigue siendo incierto.
