Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, señala que, aunque es difícil prever la producción total, se espera un volumen de cosecha considerable para este año.
En el ámbito financiero, la situación es mixta. La debilidad del dólar a nivel mundial favorece a los granos, pero en Argentina, la disminución de la brecha cambiaria del 50% al 30% afecta la capacidad de los exportadores para pagar más por los productos disponibles. Según Romano, la baja de esta brecha reduce la capacidad extra de pago de los exportadores, impactando así el mercado local.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires ha comenzado a publicar un tipo de cambio de dólar de exportación de referencia, aunque esto no ha generado un aumento en la actividad de compradores ni en nuevos contratos. Romano también destaca que las mayores liquidaciones de exportación y la recesión económica han contribuido a la reducción de la brecha cambiaria.
A nivel internacional, un evento clave ha sido el Agricultural Outlook Forum del USDA, que proyecta un aumento de 1,5 millones de hectáreas en la siembra de soja a expensas del maíz. Los stocks/consumo esperados de soja para el ciclo 24/25 se elevan por encima del promedio histórico, mientras que los de maíz y trigo también aumentan, afectando potencialmente los precios a nivel global.
En cuanto a los cultivos específicos en Argentina, Romano observa una demanda más débil de soja y un ritmo lento de ventas, lo que podría llevar a precios más bajos. Aconseja a los productores que vendan los granos del ciclo pasado para evitar pérdidas económicas.
Respecto al maíz, aunque la condición hídrica ha mejorado, la condición de los cultivos sigue siendo baja, con solo un 27% clasificado como bueno o excelente. La situación de la comercialización es similar a la de la soja, con un ritmo de compra bajo pero con una mayor dinámica debido a estrategias de comercialización más flexibles.
En resumen, las lluvias recientes ofrecen un alivio temporal a los productores argentinos, aunque las condiciones del mercado y las tendencias internacionales continúan presentando desafíos. La gestión eficiente de las ventas y la adaptación a las fluctuaciones del mercado serán clave para el éxito de la temporada agrícola.
