El mercado de maíz en Estados Unidos sigue mostrando signos de tensión entre la oferta y la demanda, y aunque los futuros de diciembre 2025 están relativamente estables, no se descarta un rally de precios estacional durante el verano del hemisferio norte.
Según los últimos datos, los stocks finales del maíz viejo (2024/2025) se ubican en 1.415 millones de bushels, un número ajustado que sostiene la tendencia alcista que comenzó en agosto del año pasado. Sin embargo, los futuros de julio han tenido dificultades para superar los USD 4,70 por bushel, debido a las proyecciones de una cosecha 2025/2026 muy robusta.
¿Qué espera el mercado para este año?
El USDA estima que en esta campaña se sembrarán 95,3 millones de acres (38,6 millones de hectáreas), frente a los 90,6 millones del año pasado. Con un rendimiento proyectado récord de 181 bushels por acre (11,37 toneladas/ha), los stocks finales alcanzarían los 1.800 millones de bushels.
No obstante, una leve anomalía climática podría cambiar el panorama. Si el rendimiento bajara a 177 bushels por acre (11,11 t/ha), las existencias caerían a 1.450 millones de bushels, lo que reactivaría las expectativas de subas en los precios.
¿Cuándo podría producirse un rally?
Los analistas recomiendan mirar los patrones estacionales del mercado de Chicago (CBOT). Las estadísticas históricas de los últimos 5 y 15 años muestran que entre el Día de la Madre y el Día del Padre en EE.UU. (de mayo a mediados de junio), los precios suelen alcanzar picos significativos.
¿Cómo prepararse?
Los productores estadounidenses están evaluando estrategias para aprovechar una eventual suba, como colocar órdenes de venta con precio objetivo en sus acopios o utilizar opciones put para fijar un piso de precio.
"La clave es estar listos. Muchas veces, el pico de precio ocurre mientras estás en plena siembra o preocupado por el pronóstico de calor. Y cuando el mercado sube por miedo, baja aún más rápido", afirman desde el sector comercial.
En resumen, el clima del verano boreal y la dinámica de la oferta y la demanda podrían ofrecer una ventana comercial clave para los productores de maíz. En América Latina, los exportadores, compradores y analistas siguen de cerca estos movimientos, ya que los precios internacionales de Chicago siguen siendo referencia global.
