La zafra de terneros y terneras de los campos de cría experimentó una desaceleración durante el mes de mayo, aunque el volumen acumulado en lo que va del año continúa marcando un nivel excepcionalmente alto. Según datos del SENASA basados en Documentos de Traslado de Animales (DTe), en mayo se movilizaron 1,3 millones de terneros y terneras, lo que representa una caída del 15,5% respecto a los 1,5 millones registrados en abril.
Sin embargo, esta aparente desaceleración mensual no implica un aumento en la retención a nivel criador, ya que el volumen total de salida de terneros durante los primeros cinco meses de 2025 alcanza los 5,29 millones de cabezas. Esta cifra equivale al 36,2% del stock de terneros disponible al 31 de diciembre del año pasado, consolidándose como el segundo dato más alto en una década, solo superado por los años 2023 y 2022.
El movimiento por provincias destaca que las zonas del noreste argentino (Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones) han enviado aproximadamente 780 mil terneros en lo que va del año, un aumento de 200 mil respecto a igual período de 2024. Esto se traduce en un avance del 36% de la zafra, frente al 28% del año anterior. Asimismo, las provincias de Entre Ríos y Santa Fe registraron juntas casi 890 mil terneros movilizados, 160 mil más que el año pasado, con un avance promedio del 32%.
En cuanto a los destinos, del total de terneros que salieron de los campos, 1,08 millones ingresaron a feedlots, mientras que el resto continuó su recría en establecimientos a campo. Esta tendencia muestra un incremento del 8% en la proporción de terneros que pasan por recría pastoril antes del encierre en corral, en comparación con 2024, cuando el ingreso directo a feedlots disminuyó un 6% interanual.
En conjunto, el total de animales en feedlots se mantiene estable en torno a los 2,3 millones, reflejando la complementariedad creciente entre sistemas de recría pastoril y encierre a corral.
Este escenario refleja un año de elevada oferta de invernada, en un contexto donde las condiciones climáticas variables, con lluvias irregulares y excesos de humedad en algunas zonas, han condicionado la dinámica productiva.